Venezuela promueve la minería como ‘motor de motores’ para estimular economía productiva

Prensa Minería/Martha Díaz.- “En Venezuela, queremos aprovechar las riquezas minerales que existen en el país, pero con un profundo respeto al ambiente y a la gente. No estamos impulsando una actividad minera con una visión extractivista: una de las prioridades de la política del Gobierno revolucionario es proteger las áreas naturales para el goce y disfrute de las generaciones presentes y futuras”.

Esta afirmación la hizo Franklin Ramírez, viceministro para Exploración e Inversión Ecominera, del Ministerio del Poder Popular para Desarrollo Minero Ecológico, durante su participación en el programa radial En la bulla, transmitido este viernes a las 5 p. m. por RNV Informativa.

Ramírez destacó el trabajo que se está promoviendo, desde el Estado, para hacer una nueva minería bajo la premisa del aprovechamiento racional de los minerales desde una visión amigable con el ambiente.

Enfatizó que los lineamientos emanados por el presidente Nicolás Maduro, desde la creación de la Zona de Desarrollo Estratégico Nacional Arco Minero del Orinoco, se fundamentan en el aprovechamiento de la riqueza transitoria de la minería, como “motor de motores”, para dinamizar la economía del país y transformar la realidad social, ambiental y cultural de Venezuela.

A dos años de su creación, “muchos han querido tergiversar el verdadero sentido de la creación del Arco Minero del Orinoco. Pero, la verdad verdadera es que el Arco Minero es una política pública para establecer orden, planificar la prosperidad nacional, así como para fortalecer la garantía de derechos humanos y ambientales”, expresó Ramírez.

En Venezuela, se están dando los primeros pasos para el desarrollo de una minería bien hecha y responsable; se están investigando nuevas tecnologías para reducir el impacto ambiental de esta actividad productiva.

Del petróleo a la minería

El viceministro Ramírez también hizo referencia a la superación del modelo rentista petrolero con una riqueza pública minera que puede ayudar a potenciar una economía productiva y diversificada.

“Esto tiene que ver con la capacidad creadora que tengamos para también diversificar nuestro pensamiento. Debemos aprender a ver la mina como una nueva oportunidad para el desarrollo de actividades económicas que contribuyan con el sistema productivo nacional”, aseveró.

Destacó que el Gobierno nacional ha realizado grandes esfuerzos para el fortalecimiento económico de la nación, uno de ellos es el Plan de la Patria 2013-2019, escrito de puño y letra del Comandante Chávez, para sentar las bases de un nuevo modelo productivo con el protagonismo del pueblo minero. “Desde el Motor Minero apostamos a la transformación económica de la nación. Los recursos minerales son propiedad del pueblo y, por lo tanto, los beneficios que generamos son para su beneficio”.

Soberanía nacional sobre riqueza minera

Sobre la planificación de la gestión productiva minera en el país, Ramírez resaltó que el nuevo modelo de negocios no se basa en la entrega de concesiones del derecho minero a empresas públicas y privadas, como ocurrió en el pasado puntofijista.

Subrayó que, “en Revolución, el derecho minero lo preserva el Estado venezolano” y que la gestión productiva se hace bajo figura de alianzas las cuales permiten la actividad minera bajo condiciones justas y con la garantía de inversión; pero dejando bien claro que los minerales son propiedad de la República. Con ello, el Estado mantiene la soberanía, el control y la autonomía sobre sus recursos minerales.

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Trabajadores del Mppdme disfrutaron de jornada de fútbol sala y bailoterapia

Prensa Minería / Héctor Carrasquel.- Las trabajadoras y los trabajadores del Ministerio del Poder Popular de Desarrollo Minero Ecológico disfrutaron de una amena tarde de fútbol sala y de bailoterapia, actividades realizadas en la planta baja de la sede de la institución.

Esta jornada fue realizada con la finalidad de pasar un día diferente fuera de la rutina diaria del trabajo y, a su vez, para fomentar la integración del personal que hace vida en el Ministerio.

Los trabajadores mineros se hicieron sentir en estas actividades deportivas, con la participación de sus equipos en la modalidad de fútbol sala y del personal femenino que realizó diferentes ejercicios acompañados del ritmo de la música, aupados por las demás personas que estuvieron presentes apoyando a sus compañeros.

Estas actividades fueron organizadas por la Dirección General de Gestión Humana, con el propósito de motivar a los trabajadores y las trabajadoras a la práctica deportiva como un estilo de vida saludable.

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Arco Minero aportó, entre enero y febrero, el 44 % del oro arrimado al BCV en 2017

Prensa Minería/Martha Díaz.- El Motor Minero abrió marzo con la entrega de 915,42 kilogramos de oro producidos por el poder popular minero del norte del estado Bolívar.

El cargamento —que fue recibido por Víctor Cano, ministro del Poder Popular para Desarrollo Minero Ecológico, en la Base Aérea Generalísimo Francisco de Miranda, de Caracas— es el cuarto arrime de material aurífero, al Banco Central de Venezuela, hecho en el año 2018, y permitirá el aumento de las reservas internacionales, así como la inversión en políticas sociales.

“Este cargamento es producto del trabajo de los pequeños mineros y las pequeñas mineras del Arco del Orinoco. Es ganancia para el pueblo de Venezuela, ganancia para el futuro de Venezuela, ganancia para la estabilidad económica de nuestro país, para generar la mayor suma de felicidad posible a nuestro pueblo”, expresó el ministro Cano.

Informó que, en lo que va de 2018, se han entregado 3.7 toneladas de oro, producto del esfuerzo, de la alianza entre el Estado venezolano y los pequeños mineros organizados y de “la confianza que, desde el Ejecutivo, se le ha otorgado al Motor Minero como uno de los principales de la Agenda Económica Bolivariana, rumbo al nuevo modelo productivo de Venezuela”.

El despacho de oro acumulado en 2018 representa el 44 % del oro arrimado al BCV en el año 2017, y equivale a unos 185 millones de euros.

Dijo que Venezuela ha avanzado mucho, con el decreto de la Zona de Desarrollo Estratégico Nacional Arco Minero del Orinoco: “En dos años, hemos sentado las bases legales con la firma de 46 alianzas con la pequeña minería para asegurar un modelo responsable con la Tierra y con la gente. Nuestra meta es firmar 500 en 2018; vamos avanzando y vamos a tener buenas sorpresas con este tema, no solamente en oro, sino con otros minerales presentes en el Arco”, anunció el titular de la cartera de minas.

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Motor Minero respaldó candidatura del presidente Maduro ante el CNE

Prensa Minería / Héctor Carrasquel.- La fuerza trabajadora del Ministerio del Poder Popular para Desarrollo Minero Ecológico (Mppdme) y sus entes adscritos, brindaron una vez más su respaldo al primer mandatario nacional, Nicolás Maduro, acompañándolo a la inscripción de su candidatura a las elecciones presidenciales 2019-2025, que se llevará a cabo el próximo 22 de abril.

Bajo un sol resplandeciente, que arropó a la capital, el Motor Minero se concentró en los alrededores de la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE), específicamente en la plaza Diego Ibarra, para decirle al presidente Maduro que su pueblo minero está rodilla en tierra por la patria, y dispuesto a seguir trabajando junto con él para derrotar la guerra económica.

Entre el grupo de trabajadores y trabajadoras del Mppdme estuvo presente la presidenta del Instituto Nacional de Geología y Minería (Ingeomín), Milagros Domínguez, quien enfatizó el trabajo que ha venido desempeñando el presidente Nicolás Maduro desde la llegada a la Presidencia en 2013, específicamente en materia económica.

En estos años en los que ha estado Nicolás como presidente de la República, se ha visto reflejado todo el proyecto bolivariano que nos dejó nuestro Comandante Hugo Chávez, a pesar de la guerra económica y no convencional, bloqueo y sanciones a nuestro país. Desde el sector minería estamos ayudando a la construcción de un nuevo modelo económico”.

La presidenta de Ingeomín resaltó que el Plan de la Patria 2019-2025, propuesto por el presidente Maduro, va a contribuir a superar definitivamente la dependencia del rentismo petrolero.

Conmemoración de El Caracazo

En esta jornada, el director general de la Oficina Estratégica de Seguimiento y Evaluación de Políticas Públicas, Sandino Marcano, presente en la concentración, expresó que la fecha también sirvió para conmemorar los 29 años del estallido social conocido como El Caracazo.

Hace 29 años, el pueblo, en rebelión popular, salió a las calles para repudiar las políticas neoliberales implementadas por el presidente Carlos Andrés Pérez, quien aplicó medidas económicas capitalistas dictadas por el Fondo Monetario Internacional”.

El 27 de febrero de 1989, una serie de fuertes protestas y disturbios se originaron en Guarenas, Caracas y otros estados del país, por el incremento de las tarifas del transporte y servicios públicos, gasolina y devaluación de la moneda. Parte de las políticas neoliberales implementadas durante la presidencia de Carlos Andrés Pérez, lo que causó la muerte de más de 300 personas y la desaparición de otras 3 mil.

Foto: Julio García

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Andrés Antillano: “Arco Minero viene a dar coherencia a una actividad minera que estaba al garete”

Tras varios meses de investigación etnográfica en el Arco del Orinoco, reconocido científico venezolano sostiene que, sobre la actividad minera en la Orinoquia, hay un estigma creado de manera interesada, especialmente, por los grandes capitales. Entre sus conclusiones, dice: “La alianza entre el Estado y la pequeña minería es una forma de conjurar la violencia y garantizar un desarrollo minero ecológicamente amigable”

Prensa Minería/Nerliny Carucí.- “En el pasado, se cometieron errores, porque la política pública era una política de desconocimiento de la actividad minera: de persecución o de no reconocimiento, y eso condujo a situaciones que favorecieron a grupos criminales que terminaron explotando al pueblo minero”. Así dio cuenta el científico Andrés Antillano del contexto en el cual emergió el controvertido Arco Minero del Orinoco, y del significado que esta política tiene en la dignificación del mundo minero.

Andrés Antillano es psicólogo social y profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV), especialista en criminología y activista por los derechos humanos. Este científico ha realizado investigaciones “desde adentro” en las minas del estado Bolívar, para comprender la vida del pueblo minero en su cotidianidad, allende cómo se estructuran las prácticas sociales asociadas a la minería.

“Con el Arco Minero, se puede garantizar un desarrollo responsable de la actividad minera, sobre todo descansando en lo que es la fuerza motora de esta transformación minera: la clase trabajadora minera”, indicó el experto sobre el impacto ambiental y social del Arco de Guayana.

Andrés Antillano- en El Callao - Foto Emilio GuzmánEn su opinión, formada a la luz de dispositivos etnográficos de coproducción de información, el sector minero expresa la identidad de la clase trabajadora venezolana; a pesar del estigma que sobre él propagan, especialmente, “los grandes capitales que han estado detrás de la minería”.

La presión ejercida contra el Arco Minero ha crecido en el tiempo. Basta recordar la campaña de descrédito en la opinión publicada, de los días recientes: “Minería decretada por Maduro causa estragos”; “Arco Minero se come a Venezuela, y nadie dice nada”; “Arco Minero es una amputación del 12 % del territorio nacional”; incluso cuando científicos, pueblo minero, líderes indígenas y Gobierno nacional han demostrado que el Arco Minero de Guayana es una política que ha venido a poner orden en el caos de una actividad minera que, como dijo Antillano, estaba “al garete”. Según este investigador académico, en esta crítica, hay de todo: hay crítica malintencionada, algunas críticas justas y juicios que obedecen a un profundo desconocimiento.

Antillano definió las alianzas entre el Estado y la pequeña minería, en el Arco Minero del Orinoco, como “un camino que puede ser indetenible y puede ser un faro para los mineros, de todo el mundo, que viven en condiciones de explotación, de casi esclavitud, de despojo y saqueos permanentes”.

Esta conversa sobre el Arco Minero la tuvimos en el programa de radio En la bulla, transmitido por RNV Informativa y radio Miraflores, el 17 de noviembre de 2017.

—¿Por qué hacer una investigación científica sobre el tema minero?

—El interés de esta investigación es que sobre los pequeños mineros pesa un estigma, que yo creo ha sido interesado. Es parte, digamos, de esta estrategia de negación de nuestro pueblo, negación de la gente humilde que es quien produce la riqueza: esa que hace al país. Es una estigmatización histórica de los pequeños mineros que intenta señalarlos como grupos delictivos, holgazanes, depredadores del ambiente,cuando más bien son los pequeños mineros —insisto— quienes, como los empobrecidos, como los trabajadores de este país, producen la riqueza.

Entonces, en buena medida, esta investigación buscaba conocer, de cerca, el mundo minero. La etnografía, justamente, es ser parte de lo que se estudia: no ver las cosas a la distancia, sino conocer de cerca la vida, las prácticas sociales, las formas de organización, los problemas de los mineros y, bueno, ¡fue realmente apasionante! Si algún sector —yo llegué a la conclusión, Nerliny, ministro, María— expresa la identidad de la clase trabajadora, en este país, es el minero.

En nuestro imaginario colectivo, hay un poco de esa idea, muy colonial, de El Dorado: que el oro se da, así de fácil, al alcance de la mano.

Arco Minero del Orinoco - Mina El Chivao - Foto Emilio Guzmán—Que brota.

—¡Que brota! Bueno, esta idea de que —quizá, fue verdad en algún momento—, en El Callao, llovía, y salían los cochanitos de oro. ¡No! Realmente, si vale algo el oro, no es por el material, sino por el esfuerzo gigantesco que el minero le pone.

—Andrés, ¿por qué el público tiene una mala imagen del minero? ¿Por qué la mala imagen del minero tiene una gran exposición mediática?

—Dentro de los pequeños mineros hay de todo, pero prevalece la gente buena y trabajadora, gente que intenta ganarse su sustento con su esfuerzo, con un empeño impresionante. Además, el minero vive con una vida muy humilde, muy modesta: tiene el oro para sobrevivir, pero no se trata de fortunas meteóricas. ¡Eso también es un gran mito! Puede haber muchas razones de este estigma, pero pienso que ha sido un estigma creado de manera interesada, especialmente, por los grandes capitales que han estado detrás de la minería. Por ejemplo, se habla de la depredación; yo estuve ahí, y vi zonas de mucha depredación ambiental, pero era por parte de las grandes empresas mineras del pasado, que fueron expulsadas [por el gobierno del presidente Chávez]. ¡Yo estuve ahí: a mí no me echaron el cuento!

El minero, además, tiene un sentido antiimperialista. Esa fue una de las cosas de las cuales me di cuenta, porque su lucha de clases siempre ha sido contra las grandes corporaciones que explotaban al minero; y el minero fue, históricamente, reivindicando la soberanía nacional. Acercarse al mundo minero es acercarse a un mundo culturalmente rico, porque además es un crisol del pueblo venezolano: uno consigue, en las minas, gente de oriente, de occidente; gente de Apure, gente de los Andes; hermanos que vienen de otros países, hermanos colombianos. En fin: el Arco es un crisol de los sectores populares; en ese sentido, es una cultura muy rica.

Además, el minero tiene un poco la idea —¡claro!, insisto que hay de todo un poco: no debemos homogeneizar— del bien común: entender que la naturaleza no puede ser depredada de manera infinita, porque ellos viven de la naturaleza, y deben tener una relación de respeto. Luego, también hay un problema el cual es una responsabilidad del Estado, y entiendo que la política del Ministerio para Desarrollo Minero Ecológico se trata de saldar esa deuda: es la situación de irregularidad de la pequeña minería…

—¿De la informalidad?

—De la informalidad. Las condiciones de informalidad hacen presa fácil al pueblo minero de grupos criminales, lo hacen presa fácil de la extorsión. Yo he visto, con el tema del paludismo, cómo mercenarios de la salud desvían los medicamentos para vendérselos, a precios exorbitantes, a los mineros —¡medicamentos que son gratuitos en Venezuela!.

La informalidad también guarda relación con la situación jurídica, legal; en ese sentido, una política de regularización, de reconocimiento, de presencia del Estado, de alianzas entre el Estado y la pequeña minería no solamente va a mejorar la situación de los mineros, sino que va a garantizar un desarrollo ecológicamente amigable y, además, va a significar una estrategia para saldar la situación de la guerra económica que vive el país.

—En estos días salió publicado en algunos medios de comunicación que, según los resultados de una investigación realizada por usted en el Arco Minero del Orinoco, “hay una relación directa entre el auge de la producción aurífera y la violencia”. ¿Se puede categorizar o entender de esa manera? ¿Esa afirmación le hace justicia a la forma como se estructura el fenómeno de la violencia en el Arco?

—¡Yo no dije eso, exactamente! Hay un tema de la renta. La minería ha estado en el norte del estado Bolívar desde hace casi doscientos años en 1824 fue la primera explotación en el Cuyuní y, sin embargo, la violencia no estaba ahí presente. Los grupos criminales no son pueblo minero; por el contrario: las mafias explotan y abusan al pueblo minero. La violencia en el Arco Minero está condicionada por varios factores; entre ellos creo yo: la débil presencia del Estado. Por eso, hay que fortalecer la presencia del Estado y regularizar la actividad minera. Por ejemplo, una de las cosas planteadas por los mineros es la posibilidad de vender directamente al Estado y, en ese sentido, estos éxitos tempranos de despacho de oro son un camino que avizora una política importante: la posibilidad de vender directamente al Banco Central y a Minervén; así como tener una relación estrecha con el Estado, porque ellos entienden que el Estado venezolano no está para perseguir al pueblo minero, sino para protegerlo y dignificarlo.

Justamente, la débil presencia del Estado favorece la instalación de soberanías criminales. También, está la existencia de una renta muy grande, la cual es muy atractiva para grupos criminales que terminan explotando al pueblo minero. De hecho, el problema central es la extracción desregulada de rentas, sin un papel activo del Estado y de las comunidades.

La violencia está vinculada con la situación de lucha de clases; es decir: ya no es el gran capital de las empresas transnacionales el que explota al pueblo minero, sino grupos criminales. Entonces, la presencia del Estado, la alianza entre el Estado y la pequeña minería es una forma de conjurar la violencia en el Arco Minero del Orinoco.

¡No hay una relación necesaria entre minería y violencia! La violencia responde a la falta de políticas —y yo creo que hay un esfuerzo importante con el Arco Minero del Orinoco— que integren al minero y le garanticen condiciones de vida adecuadas.

—Hay personas que se oponen al Arco Minero, ideado por el Comandante Chávez y que, ahora, se ha cristalizado con el decreto del presidente Nicolás Maduro. A su juicio, ¿cómo impacta socialmente el Arco Minero del Orinoco?

—¡Sí! En las críticas del Arco Minero, hay de todo: hay crítica malintencionada; hay críticas correctas y justas, que puedo yo compartir, inclusive; y críticas que obedecen a la falta de comunicación. Por eso, aprovecho y saludo este esfuerzo comunicacional de En la bulla, cuya producción está haciéndose desde el Ministerio para Desarrollo Minero Ecológico con Radio Nacional de Venezuela. Pero, esencialmente, yo creo que el Arco Minero apunta a reconocer y darle coherencia a una actividad minera que existe desde hace muchísimo tiempo y que, de algún modo, estaba al garete.

En el pasado, se cometieron errores, porque la política pública era una política de desconocimiento de la actividad minera: de persecución o de no reconocimiento, y eso condujo a situaciones que, por ejemplo, favorecieron a grupos criminales que terminaron explotando al minero. Entonces, creo que si el Arco Minero sirve para regularizar la situación de los pequeños mineros; garantizar los derechos humanos de los pequeños mineros; garantizar una presencia activa del Estado, la afirmación de la soberanía y un desarrollo ecológico de la minería —que, de hecho, no es una utopía. Hay experiencias interesantes en zonas mineras de Perú, donde la misma comunidad establece medios de control y de monitoreo ambiental—; esas son cosas que pueden garantizar un desarrollo responsable de la actividad minera, sobre todo, descansando en lo que yo creo que es la fuerza motora de esta transformación minera: los pequeños mineros, la clase trabajadora minera.

—Tú decías, hace unos minutos, que el pueblo minero es un pueblo muy humilde, el cual maneja muchas riquezas. ¿Esa humildad viene dada, a lo mejor, por el desconocimiento del valor de tanta riqueza? ¿O qué opinas tú?

—¡Fíjate! Una de las cosas que, para mí, guarda relación con esos mitos, que comentaba Nerliny, es que el pequeño minero realmente no produce mucho. De hecho, le queda muy poco y lo que gana es una estimación.

—Lo que gana termina pagándolo en vacunas.

—Termina pagándolo en vacunas, o en precios exorbitantes en determinados productos; por ejemplo, en medicinas contra el paludismo, un fármaco gratuito para tratar el paludismo, que se lo venden a precios desmesurados. Entonces, el minero se queda más o menos con un 5 o 10 %. Extrae muy poco —eso depende mucho de la zona, pero extrae muy poco— y se queda con un 10 % de lo que extrae. Todo lo demás, queda por ahí. ¡¿Quién se apropia de esto?! Las mafias, los actores que extorsionan a los mineros. En ese sentido, es clave el desarrollo de las fuerzas productivas mineras, la asistencia técnica a los mineros, la posibilidad de creación de fondos mineros que permitan reinvertir esto.

—Estamos haciendo el Fondo Social Minero.

—Ese tipo de cosas no solamente va a permitir espantar los peligros, que son reales y son peligros de soberanía nacional. Hay países donde las dinámicas de conflicto armado se sustentan mucho en estas prácticas extorsivas de los pequeños mineros. ¡No es el caso de Venezuela, por suerte! Pero es un peligro siempre. Entonces, la posibilidad de reapropiar este excedente, por parte de la clase trabajadora minera y del Estado, para que pueda ir a las arcas del Banco Central, en acuerdos equitativos para los pequeños mineros y para el Estado, no solamente va a espantar este peligro; además permitirá el desarrollo de la actividad minera tradicional, una actividad productiva hecha casi manualmente.

Durante la investigación, yo bajaba a los barrancos —como llaman a los “verticales”—, a 50 metros, a ver cómo sacaban el oro a punta de martillo. Ese es un trabajo muy artesanal, muy precario, muchas veces, a riesgo de la vida de los propios mineros. Entonces, el desarrollo de mejoras tecnológicas, amigables con el ambiente; la protección de la seguridad industrial y la salud de los mineros; va a significar no solamente la dignificación de la vida del minero, sino también una actividad mucho más rentable y mucho más económica, y esto tiene que ver con el estudio, el conocimiento y la asistencia técnica que usted menciona. Es una posibilidad real para desplazar el problema del uso de mercurio que tanto afecta a los propios mineros como al ambiente.

—Tú que has estado con el pueblo minero y has hecho tus investigaciones, ¿ellos están conscientes de la necesidad de la preservación del ambiente y de los ecosistemas donde están trabajando? ¿Cuál ha sido tu impresión con este pueblo?

—Debo señalar que el mundo del pequeño minero es muy heterogéneo. Está el minero tradicional —como el caso de María—: un minero que tiene toda la vida en el ejercicio de esa actividad y ha desarrollado un saber de protección del ambiente; y están los recién llegados quienes tienen actividades muy predatorias: quieren hacerse rápidamente un pequeño capital, muchas veces, en contra de su vida, inclusive. Pero, en general, el impacto predatorio del minero tradicional sobre el ambiente es relativamente reducido. ¡Claro!, como son muchos, quizás, su suma puede ser mayor, pero, sobre todo, es un impacto sobre su propia vida: contaminación mercurial, el tema mismo de paludismo. Pero, reitero, el minero tradicional intuye —porque, finalmente, el minero vive en una relación necesaria con el ambiente— que la preservación de la naturaleza es esencial: el minero tradicional es cuidadoso con el entorno natural.

El minero generacional tiene una cultura minera acentuada que, además, se distingue claramente, porque es el minero que menos accidentes tiene. Tiene una relación más responsable con su actividad, con el ambiente, pues ha nacido y vivido en la mina o ha estado vinculado con la mina. Además, tiene una relación muy interesante. Por ejemplo, en el caso de El Callao, muchas familias tienen la mina en el patio de su casa, y solamente explotan lo necesario.

¡Fíjense, ministro, Nerliny, la diferencia con el gran capital! Esa es la gran diferencia con las grandes industrias mineras que van a agotar, de pronto, el yacimiento, a sacar lo más que puedan; a veces no sacan nada, pero lo que les interesa es el negocio bursátil: estar en la bolsa de valores de Wall Street.

El minero tradicional entiende que su principal forma de vida es esa: solamente se hace del oro que requiere para vivir, y no hay una relación predatoria con la mina ni con el ambiente. No obstante, al mismo tiempo, hay otras formas de relación en el territorio. Por ejemplo, las dragas y balsas —que son una suerte de mediana minería ilegal, que involucra capitales importantes y actúa con impunidad— tienen serios impactos predadores sobre los lechos de los ríos. También están las familias mineras que llegan de las grandes ciudades y del campo, en buena medida, huyendo de situaciones de pobreza provocadas por esta criminal guerra económica contra los sectores populares; por las operaciones especulativas contra el pueblo venezolano. Esas familias llegan, muchas veces, buscando oxígeno, respiro en las minas, algunas creyendo en esta historia de El Dorado: de la fortuna rápida; que insisto: es falsa porque el pequeño minero trabaja con métodos de muy poco desarrollo industrial, incluso artesanal, y nunca logra sino unos pocos puntos, menos de un gramo de oro —como dicen en las minas: menos de una ‘grama’—.

Eso lo vemos en los despachos de oro: el trabajo de 25 mil mineros se reflejó, en la décima segunda entrega de 2017, en un poco más de 700 kilos de material aurífero.

—Usted acaba de tocar un punto importantísimo, que yo no lo terminé de desarrollar: cada minero, cada cuadrilla, cada compañía tiene una actividad cooperativa, esencialmente. La explotación minera produce relativamente poco y tiene muy poca ganancia; pero el conjunto de los mineros puede tener una ganancia extraordinaria. Allí, hay un vacío que los pequeños mineros vienen solventando con el Consejo Popular Minero, con la organización…

—Con las brigadas mineras.

—… con las brigadas mineras. No verse como unidades aisladas, sino verse como movimiento. Porque ese excedente podría convertir al movimiento minero del Arco Minero, quizás, en el movimiento popular más importante del país, no solamente por lo que produce, sino por la cantidad de familias involucradas; es decir: cómo los pequeños mineros organizados, de manera colectiva, se reapropian de sus propios excedentes, con el Estado, incluso, para transferírselo al Estado, al Banco Central, a un precio justo; esto permite la transformación social, tecnológica, educativa.

Un problema muy importante es que, generalmente, las minas están fuera de las áreas más consolidadas; por lo tanto, los niños no tienen acceso a la educación formal. Hemos estado pensando, con el Consejo Popular Minero, en proyectos de educación informal y de salud que permitan que los niños sean atendidos; es decir: cómo esto puede estar en manos de un desarrollo integral local.

—De todo el Arco Minero del Orinoco.

—De todo el Arco Minero, controlado por quienes producen la riqueza. Porque, finalmente, este es el socialismo. El socialismo es que quienes producen la riqueza sean quienes decidan políticamente sobre la riqueza. Allí, la posibilidad de esta alianza entre los pequeños mineros organizados y el Estado, en el Arco Minero del Orinoco, es un camino que puede ser indetenible y puede ser un faro para los mineros, de todo el mundo, que viven en condiciones de explotación, condiciones de casi esclavitud, de despojo y saqueos permanentes, en distintos países de nuestra América y del resto del mundo.

—Una vez más estamos viendo, Nerliny, la necesidad que teníamos de tener el Arco Minero del Orinoco para abordar el tema socioambiental que, como decimos en nuestro lema, es dejar “la menor huella en el ambiente, pero la mayor huella en lo social”; de acompañar la organización de los mineros y las mineras que hacen vida en el Arco.

—¡Y reconocerlos, ministro! Es importante que el Estado reconozca a los pequeños mineros como los productores de la riqueza minera, en el país. Como parte de ese reconocimiento, la comunidad local debe incorporarse en los procesos de toma de decisiones, control y gestión de la política minera. En ese sentido, es responsabilidad del Estado respetar los derechos de los pueblos indígenas sobre sus tierras ancestrales, tal como está consagrado en la Constitución.

Si juntamos los objetivos del Arco Minero, encontramos el de tomar el control soberano de la cadena productiva minera, pero también el de incorporar el control de las actividades conexas a la minería. Usted que tuvo la oportunidad de estar allá con los mineros y las mineras de toda esa zona del norte de Bolívar, ¿qué tantas posibilidades ve para el desarrollo de proyectos agroproductivos, considerando que ellos pagan altas cantidades por la compra de alimentos?

—Así es. El pequeño minero se ha convertido en blanco de un conjunto de actores inescrupulosos. Lamentablemente, a veces, son personas llamadas a proteger a los pequeños mineros, como algunos miembros de los cuerpos de seguridad —¡no todos!, pero algunos ejercen una represión desmedida— y otros actores civiles que, sin ningún escrúpulo, se dedican a saquear, a despojar al pequeño minero, a extorsionarlo; o a estas operaciones especulativas con el alto costo de la vida.

En el Arco Minero, los mineros producen alimentos. En la mayoría de las minas, yo vi plantaciones y cría de animales. ¡Eso hay que potenciarlo!: hay que brindarles asistencia técnica; establecer con ellos alianzas. Además, hay un elemento importante: los mineros son, prácticamente, junto con los pueblos indígenas —muchos indígenas también son mineros: hay muchas minas indígenas—, los únicos que están presentes en territorios particularmente vulnerables, al lado de la frontera con Guyana, ¡nuestra Guyana Esequiba!, y al lado de Brasil.

El pueblo minero es condición de soberanía, de ejercicio de soberanía nacional sobre territorios que el Estado venezolano, históricamente, ha abandonado, y que, como en todos los casos, son los humildes, los trabajadores quienes, con su presencia, afirman soberanía y construyen patria.

Este elemento de soberanía nacional también debe ser incorporado en la política minera y en la política de organización de los pequeños mineros. Yo vi, por ejemplo, la Asociación de Guardianes del Esequibo, cerca de Hoja de Lata. Los mineros se plantean seriamente un desarrollo productivo responsable en una frontera que es, particularmente, sensible por el despojo histórico del imperio británico de nuestro Esequibo. La presencia del Estado venezolano, aún hoy, es muy precaria, muy débil en esas áreas. Ese es un tema que no está, para nada, resuelto. Es muy lamentable, por ejemplo, ver cómo pasan gandolas de gasolina venezolana, que no les permiten tener a los mineros, pero pasan a la Guyana a financiar la usurpación del territorio Esequibo. Por eso digo: son los mineros una condición de soberanía para la protección y defensa de territorio nacional.

—Después de vivir esa experiencia de investigación en los territorios de la Orinoquia, ¿qué significado toma para el científico Andrés Antillano el Arco Minero del Orinoco?

—Yo creo que el Arco Minero debe descansar en el reconocimiento de la clase trabajadora minera, en la incorporación y la dignificación de la clase trabajadora minera que son esas decenas de miles, esos cientos de miles de pequeños mineros quienes, todos los días, no solamente producen oro, producen diamantes, sino que hacen patria sobre estos territorios. El Arco Minero debe pensar un desarrollo con enfoque ecológico basado en relaciones comunitarias, y fortalecer una presencia activa del Estado que proteja y potencie las capacidades creadoras de nuestro pueblo.

Fotos: Emilio Guzmán

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Instalada primera Casa de Atención Social a la Familia Minera en el estado Bolívar

Prensa Minería/Sabrina Cabrera.- Desde este sábado 24 de febrero, está activa la primera Casa de Atención Social a la Familia Minera, en el Arco Minero del Orinoco, específicamente en el sector Las Vainitas de la mina Increíble 12, de Guasipati, en el municipio Roscio.

“Más que una infraestructura física, esta casa de atención comprende una metodología de trabajo articulado entre diferentes entes del Estado venezolano y las comunidades mineras organizadas, para fortalecer el modelo de derechos humanos y ambientales del pueblo minero”, explicó José Ortiz, presidente de la Misión Piar.

Ortiz hizo destacó como ‘histórica’ la instalación de esta casa, justamente, a dos años de la creación del Arco Minero del Orinoco.

“Estamos en el corazón del Arco Minero, escribiendo una nueva historia. Estamos conscientes de, si nos quedamos solo en la producción del oro, sin ver cómo se produce ese material aurífero, sin ver de qué manera se están cuidando los trabajadores de la patria que están produciendo ese oro, habremos fracasado en la tarea de promover una transformación minera”, dijo.

Destacó que las Casas de Atención Social a la Familia Minera forman parte de “la política minera planificada del Estado venezolano, con ciencia, con método, para avanzar a una actividad minera responsable”.

Ortiz destacó que esta instalación se realizó con el firme propósito de seguir dando protección a los pequeños mineros y las pequeñas mineras, principales actores de una economía diversificada que permitirá superar el rentismo petrolero.

Informó que los muchachos del Plan Chama Juvenil Minero tendrán una activa participación en las casas de atención y apoyarán en los cinco vértices principales en los que actúa la misión: salud integral, sexual y reproductiva; formación, recreación y deporte; salud y seguridad en el trabajo; acompañamiento técnico ambiental minero y proyectos socioproductivos.

Como parte de los anuncios, el presidente de Misión Piar habló sobre la activación del I Encuentro Deportivo Interminas y de la primera ruta vacacional, como parte de las actividades recreativas y deportivas de la familia minera.

Foto: Misión Piar

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Arco Minero del Orinoco avanza con más de 50 estudios de impacto socioambiental

A dos años de la creación del AMO, el investigador académico José Muñoz-Ospino divulgó por qué esta política activada por el presidente Nicolás Maduro es clave para Venezuela: “Cuando Chávez dibujó el Arco Minero fue, precisamente, para preservar la biodiversidad y los cuerpos de agua de las cuencas altas de la Región Guayana. El Arco es una política del Estado venezolano que viene a poner orden dentro de lo que ha sido la anarquía, la violencia y el daño ambiental acentuados en el sector minero”

Prensa Minería/Nerliny Carucí.- “Menos del 5 % de los más 111 mil kilómetros cuadrados que comprende el Arco Minero del Orinoco (AMO) va a ser objeto de desarrollo minero”. La emblemática voz del investigador académico José Muñoz-Ospino sonó en el programa radiofónico En la bulla: “No es que se va a amputar el territorio nacional, como algunos dicen por allí. ¡Eso es totalmente falso! La gestión productiva minera se ha planificado solo en 23 áreas, en atención a los estudios ambientales. El AMO tiene estudios de impacto ambiental que avalan su implementación”.

José Muñoz-Ospino es geógrafo, egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV), con especialización en Gestión Ambiental en la Universidad de Concepción en Chile. Ha sido profesor en las universidades Nacional Experimental de Guayana (UNEG) y de Oriente (UDO). Actualmente, es presidente de CVM Técnica Minera (Tecmín). Para él, el Arco Minero nació con el propósito de preservar la Orinoquia y ejercer soberanía.

“Hemos hecho más de 50 estudios de impacto socioambiental sobre el Arco Minero del Orinoco. Esta información está disponible en CVM Tecmín”, reveló.

Señaló que, fuera de las 23 áreas autorizadas por el presidente Nicolás Maduro el pasado 5 de diciembre, no se debe ejercer la minería “y, dentro de las áreas autorizadas, todo proyecto minero debe ir acompañado de estrictos estudios específicos de impacto ambiental y sociocultural”.

En una entrevista ofrecida, este viernes 23, al programa En la bulla, transmitido por RNV Informativa y radio Miraflores, el científico explicó que el Arco Minero se dibuja al norte del estado Bolívar que es el área donde históricamente, desde hace casi 200 años, se ha realizado minería en Venezuela.

“El sur no se toca. En el sur de Guayana, están las reservas naturales, las Áreas Bajo Régimen de Administración Especial (Abrae), las zonas sagradas ancestrales, las cuales el presidente Chávez insistió en que debemos respetar y cuidar” —afirmó Muñoz-Ospino, y dijo—: “El presidente Maduro así lo ratificó con el Plan de Ordenamiento de la Gestión Productiva en el Arco Minero del Orinoco”.

Aclaró que el objetivo de la política del Arco Minero es promover una minería racional que establezca límites de afectación al ambiente y garantice el menor impacto.

Minero_Hoja de Lata II - Foto Emilio Guzmán

“Se trata de un desarrollo minero diferente al del modelo capitalista depredador que ha usado la minería como un modelo extractivista. Aquí lo que se busca, con el AMO, es que la minería tenga respeto al ambiente, mediante la adopción de nuevas tecnologías y el reconocimiento de las comunidades mineras y de los pueblos indígenas que tienen una sabiduría milenaria”.

El geógrafo valoró la importancia del Arco Minero de Guayana por ser “una política del Estado venezolano que viene a poner orden dentro de lo que ha sido la anarquía, la violencia y el daño ambiental acentuados en el sector minero”.

Monitoreos científicos hechos por investigadores venezolanos determinaron que la contaminación por uso de mercurio en la minería se había extendido hasta algunas zonas protegidas; “por esa razón, el Gobierno de Venezuela decretó la Zona de Desarrollo Estratégico Nacional Arco Minero del Orinoco, de manera que todo proyecto de desarrollo minero contemple, como condición necesaria y esencial, las dimensiones ambiental y sociocultural”.

Recordó que, cuando Chávez dibujó el Arco Minero fue, precisamente, “para preservar la biodiversidad y los cuerpos de agua de las cuencas altas de la Región Guayana”.

Muñoz-Ospino informó que CVM Tecmín ha trabajado de la mano con investigadores de la UNEG, la UDO, la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), el Centro Nacional de Tecnologías Químicas (CNTQ); “una relación que espera se fortalezca a futuro”.

Arco Minero del Orinoco es protección y soberanía

Arco Minero del Orinoco es el nombre de una zona de desarrollo estratégico, con una extensión territorial de 111 mil 843 kilómetros cuadrados, creada hace dos años por el presidente Nicolás Maduro, mediante el decreto n.° 2248.

En el acto de decreto del Plan de Ordenamiento de la Gestión Productiva en el Arco Minero del Orinoco, efectuado en Ciudad Guayana, el 5 de diciembre de 2017, el presidente Maduro fue enfático al referir: “En 300 años de historia, donde aparece el oro, aparecen el caos, los vicios, la llamada fiebre del oro; pero nosotros nos propusimos hacer una revolución ecológica y que se acabe el esclavismo en torno a la minería”.

Según los balances presentados por el ministro para Desarrollo Minero Ecológico, Víctor Cano, en las primeras 15 ediciones de En la bulla, algunos de los avances significativos del AMO son: delimitación de 23 áreas para uso minero; instalación de 16 plantas con nuevas tecnologías para sustituir el uso de mercurio; acuerdos de cooperación con universidades nacionales e internacionales para formación e investigación mineras; 46 alianzas con la pequeña minería con el objetivo de optimizar la producción de oro y reducir la violencia; consultas previas a las 197 comunidades indígenas pobladoras del AMO; creación del Fondo Social Minero que permitirá, entre otras acciones, el financiamiento de nuevas investigaciones científicas en el sector minero.

Fotos: Emilio Guzmán

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Trabajadores recibieron charla informativa sobre el petro

Prensa Minería / Héctor Carrasquel.- Trabajadores y trabajadoras del Ministerio del Poder Popular para Desarrollo Minero Ecológico (Mppdme) recibieron una charla informativa titulada “Criptomonedas, Blockchain y el Petro”, que se desarrolló en la sede de la institución, en Caracas.

La actividad estuvo dirigida y moderada por Juan Blanco, director general de la Oficina de Atención Ciudadana del Centro Nacional de Tecnologías de Información (CNTI).

Durante su intervención, expresó que todos los ciudadanos deben conocer un poco más sobre este importante tema, porque la implementación de esta moneda virtual va a tener un impacto positivo en la economía del país.

Estas charlas tienen la finalidad de socializar el conocimiento con respecto a las criptomonedas, la tecnología, blockchain y el petro, porque Venezuela está creando un nuevo mecanismo de intercambio económico”.

Punta de lanza de la economía digital

Blanco, también integrante del colectivo Forocandanga, informó que gracias a esta estrategia implementada por el presidente de la República, Nicolás Maduro, el petro se va a transar de manera directa, sin la presencia de un intermediario.

Con la ejecución del petro, algunos países y todo el andamiaje capitalista andan temblando, porque no depende de la manera tradicional, porque salta la banca, las divisas y todo ese entramado burocrático y se transa directamente sin intermediarios”.

Detalló que, con esta nueva forma de hacer economía, se da un paso muy importante para derrotar la guerra económica que tiene implementada Dólar Today y del bloqueo por parte del Gobierno de los Estados Unidos contra Venezuela.

Agregó que el petro es una criptomoneda emblemática, pues tiene respaldo y estabilidad a través del petróleo y de los recursos minerales que están dentro del Arco Minero del Orinoco (AMO), específicamente del oro.

Foto: Julio García

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